Hoy tengo 27 años... y después de todo... sigo siendo esa niña que juega a ser mujer... sigo conquistando mundos, labios y miradas... y regresaron las ganas de escribir.
.... yeeeeii... !!!
De modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle, había cambiado por completo su concepción del mundo y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa... valía la pena de ser vivida.